Información de Interés

Reestructuras Corporativas
Reestructuras Corporativas
Alternativa o necesidad de los negocios?

L.C. Miguel A. Delgado Casillas

Marco General

El entorno macroeconómico que ha prevalecido en los últimos 20 años, se ha caracterizado por una mayor competencia internacional, la introducción frecuente de nuevas tecnologías y una mayor permeabilidad entre países.

El mercado mundial de capitales se ha visto inundado por nuevos instrumentos financieros, por una mayor tolerancia al riesgo por parte de inversionistas institucionales, una mejor información y una menor tolerancia por la mediocridad.

Lo anterior, ha contribuido a acelerar un proceso de “Reestructuración Corporativa”, mismo que ha recibido una atención creciente en los ámbitos académicos y gerenciales.

En este sentido, cabe mencionar que dada la necesidad de los cambios constantes en las estructuras de los grupos, creando nuevas empresas, adquiriendo acciones de otras empresas o activos, así como liquidando o transformando las de poca utilidad ya existentes, se han utilizado como medio de estructuración corporativa la fusión, escisión de sociedades e incluso la liquidación de empresas.

En términos generales, a través de estas operaciones, se persigue la explotación de mercados y de infraestructura, optimizar resultados financieros, facilitar la admisión de nuevos socios (tecnológicos y capitalistas), agrupar operaciones, buscando una sinergia operativa, obtener financiamientos, etc.

Además, las figuras de la fusión y escisión de sociedades, vienen a solucionar en gran parte los problemas naturales que acarrean las liquidaciones o constitución de empresas, obteniendo así beneficios financieros para los grupos de empresas que se encontraban en tales situaciones.

Por lo anterior, a través del presente estudio y consciente de los grandes esfuerzos para lograr la supervivencia de la empresa mexicana, pretendo destacar la importancia que hoy en día tienen las empresas en nuestro país, y muy particularmente determinar la conveniencia de adquirir una negociación en marcha en contraposición a la constitución de una nueva sociedad.

Antecedentes en México

Desde un punto de vista empresarial, se ha logrado observar que existe un común denominador en la línea que conduce a la reestructuración, y tienen que ver con el deseo de controlar a una empresa.

Esta toma de control tiene varias formas y han dado lugar a interesantes innovaciones legales-financieras.

En general estas medidas se refieren a cambios en el poder de voto de las acciones, cambios en el número y tipo de acciones, cambios en el accionariado.

Asimismo, ha habido otro conjunto de circunstancias que ha provocado un proceso reestructurador, a saber:

  1. necesidad de capital fresco
  2. retiro de accionistas fundadores
  3. decisión de limitar el riesgo corporativo
  4. necesidad de innovar
  5. deseo de re-enfocar la estrategia
  6. un Consejo de Administración (o un Consejo de Dirección) inquieto
  7. pérdida de competitividad por falta de inversión
  8. una recesión económica no prevista
  9. relaciones que se empeoran con los proveedores y acreedores diversos
  10. pérdida de personal calificado
  11. impulso para aprovechar una ventaja fiscal
  12. etc.

“Estando por un lado la total apertura de nuestra economía, junto con un proceso de integración a bloques de comercio (Tratado de Libre Comercio y otros), nueva y compleja realidad para el empresario mexicano, y siendo por otro lado, la compra y venta de negocios, una alternativa viable para darle fuerza a la empresa, se vería natural el que los competidores, pertenecientes a un mismo mercado, buscaran compras y alianzas con sus mismos competidores nacionales, para sí poder presentar un frente más potente ante los nuevos competidores foráneos.

“Se dice, en el lenguaje coloquial de los negocios, que “el que tiene el mercado manda”, y aunque esta no sea lo que da la fuerza competitiva fundamental, no cabe duda que normalmente, tener el acceso a, o el dominio de un mercado, representa una ventaja crucial para poder competir.

“Sabemos que las operaciones de compra y venta de empresas han sido utilizadas desde el inicio mismo de la existencia de la empresa. Sin embargo, su uso ha ido en ascenso más particularmente en los últimos 20 años, hasta llegar a ser la forma, casi natural, de crecimiento de las empresas grandes en países desarrollados.

“En el mundo general de los negocios, la operación de compraventa, frecuentemente se sujeta, no solamente a que las condiciones de precio y forma de pago sean adecuadas y aceptables para las dos partes que intervienen, sino que es muy común que se sumen elementos afectivos o sentimientos o actitudes, que tienen una gran influencia en el trato. Siendo la mayoría de las empresas de origen, tipo y gestión familiar aun cuando hayan llegado a crecer mucho, es un fenómeno natural que el dueño la sienta como una extensión de sí mismo o inclusive llegar a sentir que la empresa es él mismo.

“Este elemento hace aún más difícil el proceso de compra venta de empresas, que aunque por el lado estratégico resultaran sumamente convenientes, por el lado sentimental se dificultan enormemente.” 1

Por lo anterior, ante el nuevo entorno de negocios globalizados que se puede contemplar para los próximos años en México, los accionistas, los Consejos de Administración y Dirección, así como los directores de empresas, deben revisar y pensar en su estrategia, considerando especialmente los cambios que han de hacerse a las compañías, a su gestión, a sus sistemas, a su equipo, a su manera de actuar, a la forma en como habrá de analizarse la información financiera, legal, económica y fiscal más importante, a la manera en como habrá de competir, etc.

Definición

Como una primera definición de lo que es la Reestructura Corporativa, a continuación se señala un intento de definición de la misma:

“Es aquel conjunto de acciones y decisiones, consideradas a través de una o más transacciones, que transforman de manera substancial, profunda, duradera e inclusive radical, el ámbito de actividad de una empresa, su estructura legal-corporativa, su estructura financiera y, su organización administrativa y de operación.”

También en este sentido, Walter Frisch P. 2 se ha pronunciado en la siguiente forma: “la reestructuración de sociedades mercantiles no es un concepto legal, sino una práctica que incluye ciertas operaciones pertenecientes al derecho de sociedades mercantiles, cuya meta consiste en obtener un efecto económico positivo a favor de las sociedades participantes en dichas operaciones”.

La Responsabilidad en las reestructuraciones

Por otra parte, un aspecto crítico pero que en muchos casos a veces olvidado en las reestructuraciones, es el relativo a la responsabilidad. Ante esto, surge el siguiente cuestionamiento:

¿A quién corresponde la obligación de iniciar y controlar la reestructuración corporativa?

Únicamente al Consejo de Administración. El Consejo es el órgano administrador de la sociedad y el representante legítimo de los accionistas. A él le compete considerar los efectos de la reestructuración sobre los accionistas en primer término, pero también sobre los acreedores, los empleados, los clientes e incluso la comunidad.

La administración es el brazo ejecutor del Consejo, pero el órgano decisorio es el Consejo mismo, y ahí radica la responsabilidad.

Las reestructuraciones corporativas tienen profundas y vastas consecuencias sobre diferentes audiencias.

Las consecuencias más visibles de las reestructuraciones son las siguientes:

  1. se altera la definición del negocio
  2. se modifica la propiedad de la entidad
  3. se cambia la administración de la empresa
  4. se altera el valor de la compañía
  5. e. se modifica la estrategia corporativa
  6. se impacta la base de tributación
  7. se transforma la presentación contable
  8. se modifican las relaciones laborales
  9. se influye en la vida de la comunidad
  10. se cambia la estructura legal
  11. se altera el nivel de riesgo que representan los valores emitidos (acciones o partes sociales) por la compañía

De hecho, Walter Frisch P. 3 menciona lo siguiente sobre este tema tan importante:

“Uno de los elementos generales o comunes de las operaciones de reestructuración consiste en que se efectúen en la esfera corporativa de la sociedad...

“La esfera corporativa forma parte de la interna, que es distinta y contraria a la externa; en esta última la sociedad confronta, por ejemplo, debido a la comisión de actos ilícitos, o se relaciona a través de la celebración de contratos con terceros en el tráfico jurídico.

“La interna tiene por objeto la constitución, función, modificación y terminación de los elementos organizativos de la sociedad, como la determinación de la forma del órgano administrativo mediante un consejo de administración. La interna se subdivide en las esferas societaria y corporativa. En la primera se confrontan la sociedad y el socio, éste en su carácter de sujeto jurídico general. En la corporativa, los socios se interrelacionan en su carácter específico de socios; y como accionistas, lo hacen quienes establecen, mediante una reforma estatutaria, la mayoría necesaria de la asamblea general extraordinaria.”

En este mismo sentido, los Consejos de Administración tienen una grave responsabilidad al encarar una reestructuración corporativa, que sólo descargan al ejercer su poder con prudencia, tino y equilibrio.

Alternativas de Crecimiento –Fusiones y Adquisiciones-

Las empresas pueden optar por un crecimiento interno como externo, en el segundo caso las alternativas son el establecer una adquisición (o fusión) o una alianza estratégica.

Asimismo, la decisión de adquirir o no, una compañía es una decisión de tipo económico, más aún, es una típica decisión de inversión.

Los motivos para una fusión o adquisición son variados y complejos no siendo mutuamente excluyente puesto que, normalmente, existe más de un motivo en una decisión de esta naturaleza. Se reconoce, en todo caso, que el propósito final es aumentar el valor de mercado de la empresa. Las fusiones y adquisiciones son una buena idea cuando el valor de mercado de la compañía combinada es mayor que el valor de las dos sociedades independientemente consideradas. Cuando esto ocurre, es decir, cuando el resultado es superior a la suma de las partes, se dice que ha producido un efecto sinérgico.

En el caso concreto de las adquisiciones, se puede hablar de la existencia de sinergia cuando el valor actual de los flujos de caja supera el precio de compra de la empresa a adquirir; por lo tanto, el análisis de una posible adquisición deberá basarse en la posibilidad de producir sinergias. La adquisición de una compañía con una línea de negocios distinta a la de la empresa adquirente difícilmente producirá dicho efecto. Cuando la eficiencia comienza a descender, la empresa adquirente obtiene un rendimiento marginal inferior al requerido por el mercado, de acuerdo a la tasa de riesgo del momento. Esto llevará a una caída de la cotización de la acción, que se situará a un precio inferior al que se habría vendido de no llevarse a cabo la adquisición.

Si la empresa objetivo está bien valorada en el mercado, la sociedad adquirente pagará lo que vale aquella como entidad independiente. Aunque lo más normal es pagar un sobreprecio debido a que en el momento de hacer la oferta pública de adquisición, el precio de las acciones de la compañía objetivo subirá. Esta subida se debe a que el mercado exige el pago de una cantidad adicional, por la pretensión de hacerse con el control de la sociedad.

Es decir, si se adquiere un pequeño paquete de acciones de una empresa, ello no debería producir ninguna oscilación del precio de cotización; sin embargo, en otro caso ocurre cuando el tamaño del paquete es suficientemente grande como para influir en las decisiones de la entidad, el mercado exige un mayor precio por dicha toma de control.

De tal manera, que si es posible producir en la adquisición un efecto sinérgico, se podrá compensar dicho sobreprecio, consiguiendo que la operación produzca un rendimiento superior al señalado en el mercado. Aunque debería tenerse siempre en cuenta que, cuando mayor sea el sobreprecio que se pague, menor será la probabilidad de éxito.

Los motivos para llevar a cabo una fusión o adquisición, las cuales con frecuencia se dan en forma combinada:

  1. Búsqueda de una mayor rentabilidad de los recursos empleados a través de un mayor margen provocado como consecuencia del efecto de sinergia obtenido de dos unidades económicas que operen en forma conjunta.
  2. Diversificación de la gama de bienes producidos o manufacturados.
  3. La diversificación de una marca, la que a su vez eleva el prestigio del comprador. También el posicionamiento de una marca comercial en un nuevo mercado, o el reposicionamiento de una marca existente en un mercado conocido.
  4. La obtención de recursos escasos para la empresa adquirente.
  5. La compra de activos de empresas pequeñas, que pueden tener características de flexibilidad y rápida adaptación a los constantes cambios generados por la demanda. Esta motivación usualmente se da en las grandes empresas.
  6. La inserción en mercados externos con mayor rapidez. Este elemento se ve alentado dentro del proceso de conformación de bloques económicos, como es el caso del NAFTA.
  7. La adquisición de unos activos, ya en funcionamiento y explotación, que estén deficientemente utilizados o mal manejados, y cuya óptima puesta en marcha puede lograrse con relativa facilidad, por ejemplo, a través de una adecuada gestión, o un conocimiento adecuado y facilidades de acceso a los canales de distribución de mercados externos.
  8. La eliminación de un competidor, logrando una mayor presencia dentro del mercado objetivo.
  9. La aplicación de un excedente de fondos que, destinados a una adecuada inversión, permitirían obtener un aumento de rentabilidad.
  10. Interés de generar economías de impuestos, debido a que una asociación implica complementar estructuras de capital. Lo más común es que produzca una asociación con una empresa que tiene pérdidas acumuladas, pero como consecuencia de la fusión o adquisición, surge la expectativa de generar utilidades en el futuro.
  11. Asociaciones que tienen su origen en disposiciones legales que establecen dimensiones mínimas de capital de empresas que operan en algunos sectores económicos que la autoridad administrativa desea resguardar. Por ejemplo, la legislación relativa al monto mínimo de capital social con que deben operar las sociedades financieras, compañías de seguros y sociedades administradoras de fondos mutuos.

Las motivaciones anteriores, representan un compendio de aquellas que inducen a la compra de empresas, pero también es importante destacar aquellas motivaciones que puedan conducir a la decisión de vender una compañía.

Cada una de las situaciones o la mezcla de algunas de ellas, determinan procesos y criterios de valorización y marcos de negociación muy distintos. Entre las principales motivaciones para vender los activos de una empresa propia, encontramos los siguientes:

  1. Necesidades de lograr un financiamiento adecuado para el negocio, eliminando las actuales cargas o presiones financieras que puedan existir, a través de un eficiente manejo de las nuevas inversiones.
  2. Necesidad de suprimir gastos y cargas actuales, sin los cuales la rentabilidad volvería aumentar en forma considerable.
  3. Necesidad de contar con un flujo de fondos adicionales cuando los mismos ya no pueden ser obtenidos a través del endeudamiento en instituciones financieras.
  4. Descapitalización de la empresa debido a la acumulación de pérdidas con difícil panorama de recuperación en el futuro, sumado a la imposibilidad de capitalizar la empresa con recursos propios.
  5. Carencia de tecnología e incapacidad de acceder a nuevas tendencias tecnológicas, situación que se resuelva al momento de la complementación con otras empresas que poseen la necesaria capacidad tecnológica.

Escisión de Sociedades

En términos generales, la escisión de sociedades corresponde a un fenómeno jurídico y empresarial contrario a la figura de fusión y adquisición de empresas (arriba analizado), por lo que, más que ser una alternativa de crecimiento, corresponde a una “desagregación” del propio negocio, con la idea de hacerlo más funcional y, en muchos casos el aprovechar las áreas de negocio identificadas como rentables para la empresa original.

Como figura jurídica la escisión determina la separación o segregación del patrimonio de una sociedad, para que se integre a otra u otras sociedades. A la primera se le denomina la “escindente” y a la(s) segunda(s) la(s) “escindidas”.

Asimismo, cabe mencionar que el patrimonio visto desde un marco contable, representa el efecto neto que resulta de restar del valor de los activos, al monto de los pasivos, es decir, el capital contable de la sociedad. Pero en realidad la escisión va más allá de la segregación del capital contable de una sociedad, puesto que a título universal se pueden aportar, ceder o traspasar “actividades mercantiles” que involucran una serie de derechos y obligaciones. En efecto, por virtud de una escisión:

  1. Se puede traspasar a otra sociedad una actividad mercantil (comercial, industrial, agropecuaria, financiera, etc.) que ya está funcionando, que tiene sus productos, su mercado, su organización, etc.
  2. Se puede traspasar a otra sociedad la fuerza laboral, asumiendo la sociedad receptora una serie de derechos y obligaciones laborales en el carácter de patrón sustituto.
  3. Se pueden traspasar a otra sociedad una serie de bienes intangibles como son marcas, nombre comerciales, patentes, crédito mercantil, etc.
  4. Se pueden traspasar a otra sociedad los derechos y obligaciones que emanen de una serie de contratos que la sociedad escindente ya tenía celebrados, por ejemplo: de arrendamiento, de servicios (luz, teléfono, agua, predial, etc.), de suministro o de compra de bienes, etc.

Como se aprecia la figura jurídica de la escisión conlleva a una segregación patrimonial que puede ser total o parcial. En el primer caso si la segregación es total se provoca la disolución de la sociedad escindente, y la incorporación de su patrimonio en otras sociedades nuevas o ya existentes.

En el caso de que la segregación patrimonial fuese parcial, la sociedad escindente subsiste y el patrimonio segregado se incorpora a otra u otras sociedades nuevas o ya existentes.

Una característica fundamental de la figura de la escisión, es la relacionada con los beneficiarios indirectos de este traspaso patrimonial, puesto que tales beneficiarios indirectos son precisamente los socios o accionistas de la sociedad escindente, pues son ellos los que reciben las acciones que se emiten en la o las sociedad(es) escindida(s). Es obvio que a su vez tendrán que asumir el efecto de la reducción de capital que se provoca en la sociedad escindente.

Objetivos de la Escisión

A este respecto, conviene primeramente mencionar que la actividad empresarial está sujeta a cambios y estos cambios requieren de una planeación e implementación adecuada y éste es el campo en que se desarrolla la “reestructuración de las empresas”.

Con el fin de repasar lo anteriormente señalado, en cuanto a los motivos de una “reestructuración” cabe decir que éstos son muy variados, pero se pueden enumerar de manera enunciativa las siguientes razones:

  • de ubicación geográfica
  • de mercado
  • operacionales
  • laborales
  • fiscales
  • de accionistas
  • de nuevos accionistas
  • jurídicas
  • financieras
  • etc.

Comentarios finales

La fusión y escisión de sociedades, la adquisición de empresas, así como la liquidación de sociedades per se, representan diversas formas de reestructuración corporativa, misma que no debe delegarse a una sola persona por calificada que ésta sea. Lo propio y adecuado es que sea un Comité o Grupo de funcionarios de la propia empresa en unión con sus asesores externos (abogado, contadores, auditores, economista, etc.), los que se avoquen al estudio de la reestructuración e implementación, obviamente apoyándose en otros ejecutivos de la empresa que les proporcionen la información idónea y hagan las proyecciones adecuadas de las distintas alternativas, con sus ventajas y desventajas, para así poder proponer a la administración la alternativa más eficiente.

Finalmente, los casos en que podemos reestructurar una empresa o un grupo de éstas son diversas, lo importante será la evaluación financiera, legal, económica, fiscal, etc., de cada una de las alternativas y el valor agregado que al final obtengan los accionistas, sin dejar de mirar por otro lado al personal involucrado en estas operaciones corporativas, dado que representan el pilar para la consecución de los objetivos previamente marcados

 

1 Nota técnica elaborada por el Prof. Raúl Alvarado Herroz del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas. COMPRE, VENDA O CIERRE ...pero no se quede quieto. (P)DGN-156. Abril, 1997. págs. 1-3.

2 FRISCH PHILIPP, Walter. Reestructuración de las sociedades mercantiles. Repercusiones en los socios. Ed. OXFORD University Press, Año 2000, México, D.F., pág. 1.

3 Ídem, págs. 1-2. ( texto superior)

Centro de Estudios Fiscales, S.C.

Venecia 17, Col. Juárez, Alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México, C.P. 06600 Conmutador: 55 1107-1107
Horario de servicio: de lunes a viernes de 8:30 a 14:00 horas y de 15:30 a 18:00 horas
Informes e inscripciones: 55 1107-1111 | elfiscal@cefa.com.mx | Aviso de privacidad